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La caja que contiene el pendiente está hecha de cedro. Por sus propiedades naturales (no es sujeto a plagas, insectos o deterioro) el cedro tradicionalmente ha representado la fuerza y la incorruptibilidad. Cada piedra fue recogida del camino de gravilla entre las aulas que los estudiantes han caminado todos los días durante sus dos años Chavón. Por lo tanto, parte del simbolismo de estas piedras es obvio; representan no solo la conexión con Chavón, pero también el propio camino y dirección de cada cual. Estoy convencido que estas piedras guardan la energía de este lugar tan especial y están cargadas por la tenacidad de los pasos de todos los que han recorrido estos caminos.

 

En términos bíblicos la piedra representa fuerza, estabilidad y sabiduría. La piedra cruda, que en tradiciones antiguas también significa la libertad, está montada sobre un aro de cobre. El cobre es un metal que tradicionalmente ha simbolizado la palabra en su esencia divina. Los que han pasado por Chavón han creado un enlace sólido con su familia de las piedras en donde todos son un eslabón de una cadena poderosa y segura. Como un anillo de matrimonio, el aro representa vínculos, enlaces, comunidad y una potencia o lazo imposible de romper.

 

Este amuleto es un recordatorio de que cada cual es el dueño de su propio camino y dirección. Los caminos se moldean con los pensamientos y los deseos, energéticamente manejando la dirección deseada. La piedra del pendiente sirve como un indicador simbólico de la destinación. Como si fuera un timón o un compás, la piedra se puede colgar mirando hacia arriba, hacia abajo o hacia un lado simbólicamente señalando la dirección que se desea tomar. Siempre tenemos el derecho y el poder de decidir nuestra propia destinación. Cada dirección representa una apertura a un nuevo mundo, una apertura hacia la potencial de uno mismo.

 

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