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Estos amuletos están hechos de bronce (brass) forjado que contienen una piedra. El bronce es un metal que posee un grado alto de resonancia e históricamente ha sido interpretado como una voz, tal como la de un cañón o una campana; ambas siendo poderosas. En la antigüedad el bronce era considerado un metal sagrado que era usado para hacer instrumentos de adoración de todas las religiones desde el Budismo hasta el Cristianismo. Este fuerte metal era el símbolo de la incorruptibilidad e inmortalidad tanto como la justicia inquebrantable. 

 

La cara del amuleto que simula un ‘micrófono’ o una ‘bocina’ contiene 19 agujeros representando el año. En la numerología el 19 representa el sol y todo lo grande y maravilloso se asocia con el sol. El 19 representa el renacimiento del individuo y el amanecer de un nuevo día. El numero también se relaciona con el honor y el éxito y está lleno de alegría y felicidad. 

 

Este pequeño ‘micrófono’ o ‘bocina’ contiene una piedra con voz de campana. Representando las cualidades simbólicas de la campana, cada amuleto tiene un timbre único creado por la forma particular de cada piedra y cada contenedor. La campana ha sido considerada como el eco de una vibración primordial, el símbolo de voces celestiales, la música de la realeza y un estándar de la armonía universal. La campana representa la comunicación entre el cielo y la tierra y es símbolo de la sabiduría en vez de la ley. La campana es considerada la voz divina protectora que invoca la celebración y despierta el alma. 

 

La piedra que le da la voz particular a cada amuleto fue recogida en Chavón | La Escuela de Diseño en frente del aula de Bellas Artes en el camino de gravilla que los estudiantes caminan todos los días durante sus dos años en la escuela. Estas piedras representan no solo la conexión con Chavón, pero también el propio camino y dirección de cada cual. Como arquetipo la piedra representa fuerza, estabilidad y sabiduría. La piedra cruda, que en tradiciones antiguas también significa la libertad, preserva su forma única representando la individualidad de cada cual. Los minerales en general son receptores, cargadores y transmisores de energía. Los pies, igual que las manos, también son transmisores de energía. Estas piedras guardan la energía de este lugar tan especial y están cargadas por la tenacidad de los pasos de todos los que han recorrido estos caminos a través de los años.

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