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Este amuleto está hecho de bronce (brass) forjado y sus componentes cargan unas cuantas capas de simbología. El bronce es un metal que posee un grado alto de resonancia e históricamente ha sido interpretado como una voz, tal como la de un cañón o una campana, ambas siendo poderosas. En la antigüedad el bronce era considerado un metal sagrado que era usado para hacer instrumentos de adoración de todas las religiones desde el Budismo hasta el Cristianismo. Este fuerte metal era el símbolo de la incorruptibilidad e inmortalidad tanto como la justicia inquebrantable.

 

El amuleto está compuesto de dos ruedas octagonales, inspiradas por la estructura de las aulas de Chavón | La Escuela de Diseño en el campus de La Romana, DR. La rueda es un símbolo de la transformación, cambios y acción e igual que el numero ocho, tiene una larga tradición de significados. La rueda de oración budista tiene ocho rayos representando el noble óctuple sendero, la sabiduría y todo lo completo. Para los Chinos el ocho representa la buena suerte y la totalidad, para los judíos representa el numero de Dios y para los Cristianos, las ocho beatitudes. Hay una tradición arquitectónica de miles de años de estructuras octagonales, como las aulas de Chavón, que se remonta a la antigua Grecia y que históricamente ha representado la regeneración, renacimiento y renovación.  

 

Los ocho bordes de la pareja de ruedas del amuleto suman a 16, el año en que se gradúa este grupo de estudiantes. En la numerología el 16 representa la totalidad y la integridad perfecta. Es el numero de medidas perfectas. El 16 resuena con la fuerza de voluntad personal, la independencia, iniciativa, acción y la superación de obstáculos.

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